viernes, 15 de septiembre de 2017

Bien Chévere causita (Deseos)

Hoy fui al Show de Tango Deseos. Espectáculo de primera. Una puesta en escena muy moderna, sencilla y a la vez dinámica. El sueño de cualquier bailarín. Un espacio vacío con una gran pista de baile, trabajo exquisito de luces, video y audio. Un paisaje interactivo, con varios elementos. El vestuario, variado, muy simpático y joven, reflejando lo que hoy se vive en las milongas. La madera es la caja de percusión para un bailarían, hay que tocarla como un tambor, hacer melodía de piano y patinar como el arco de un violín en sus cuerdas de listones barnizados. El banodeón se concentra en el cuerpo, donde está el corazón. El bandoneón elevan los torsos, suspendidos por las piernas. Se contornean, enfrentan, acarician y liberan, con gran energía. La fuerza se manifiesta en pechos pegados, impulsados juntos por el aire y las piernas vuelan como alas en estampida. Como explicar el sonido, el quinteto de tango, a unos metros de ti y con la reverberación del aire movido por el vibrar de los instrumentos. Pero entendamos a los músicos, poniendo alma y arte en la interpretación, porque es algo que esta vivo y vemos y escuchamos su efímera creación. Cada nota eleva una historia, una historia que es presente y muere en el recuerdo. Por que lo que escuchamos no es regeaton, ni salsa, ni aburrida música clásica, estamos escuchando Tango, algo que nació de las entrañas de un pueblo. Como una demostración de arraigo con la creación de toda una era. Las vísceras, la sangre, el sudor y los sueños. Que describe en vez primera, el encuentro del hombre de campo y su transformación en el de ciudad. El tango describe una evolución, en el ámbito personal, un encuentro con el amor, de naturaleza romántica. Con la carne expresada en sus pieles, latidos y dientes. En su calor y en su sensualidad. Porque es además el encuentro entre dos géneros distintos, la mujer y el hombre. El público fue lo más, entregados al juego, al engaño, a la finta. Se las comían todas porque todas eran hermosas. El público vibraba y como no era tanguero no sabía cuando aplaudir, pero allí estábamos el público de tango, aplaudiendo y poniendo entusiasmo, como hinchas de tu equipo de barrio, jugando por fin en casa, porque todos esperábamos un espectáculo así hace tiempo. Que hermoso vuela el tiempo cuando uno esta feliz, a nosotros nos pareció muy corto, pero para los bailarines fue peor, fue solo un suspiro. El público es toda su razón, su fuerza, su energía. Esta vez lo dieron todo, en cada paso, zapateo, boleo, sentada y gancho, los maravillosos bailarines impulsaron su figura al infinito. A la historia del universo en una interpretación virtuosamente irrepetible. Bellos todos, los protagonistas, los boleadores, los chacareros y los tangueros. Todos juntos en una muy buena audición por parte de los creadores. El tango fue exquisito, la selección musical, osea el soundtrack, bien chévere causita. Y ellas, salidas de un espacio onírico e inerte, donde no existe gravedad pero si intensidad. Donde ellas son frágiles pero a la vez irreprochables. Donde son el motor del drama. Y a la mujer solo la llaman pecado porque es puro deseo. Cada baile una exhibición de armonía. entre todos, la música, la orquesta, las luces y los efectos de sonido y video. Gran alucinación, creación, guión, uso de los elementos y sobretodo creatividad. Aplausos a la producción, que es una tarea artística y muy creativa, en todos los sentidos, desde lo artístico hasta la movilización. Conocí a Emiliano Castignola cuando vino a Lima con la Grela, cuando hicimos lo del parque de las aguas. Pues la Voz de hoy, perfecto en el teatro, actuando, jugando y bailando un par de pasos en el vals. Grande el chico, manejando diferentes estilos, desde el tango intérprete, el cantor orquesta y hasta en candombe se atrevió. Siempre desde él, desde su estilo y disfrutando. Disfrutando un huevo. Que más decir, sólo que me he puesto nostálgico y que agradezco a dios haber aprendido de una mujer a bailar tango, un fuerte saludo para Gardenia....


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